Mercedes-Benz GenH2 demuestra la vocación del hidrógeno para largas distancias
El prototipo salió a la carretera y recorrió 1.000 kilómetros con un solo repostaje, señala una publicación de Auto Industria.
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Aún queda un largo camino por recorrer antes de que el uso del hidrógeno en el transporte se haga realidad. Pero al menos Daimler Truck ya señala que el combustible es adecuado para aplicaciones en carreteras de largo recorrido.
La iniciativa del fabricante denominada #HydrogenRercordRun colocó un prototipo del pesado Mercedes-Benz GenH2 en la autopista para un desafío entre las ciudades alemanas de Wörth y Berlín.
En condiciones reales de tráfico y con un peso bruto total combinado de 40 toneladas, el camión partió la tarde del lunes 25 y completó su recorrido la mañana del día siguiente, sumando 1.045 kilómetros con sólo el suministro de hidrógeno líquido realizado a la salida. Para la hazaña, el vehículo estaba equipado con dos tanques de 40 kg cada uno.
Para que nadie dude, todo el recorrido, así como el repostaje a la salida, fue inspeccionado por TÜV Rheinland, organismo alemán de certificación de vehículos y tecnologías.
“Para descarbonizar el transporte, necesitamos tecnologías de tracción de hidrógeno y baterías eléctricas. El punto óptimo para los camiones con pila de combustible de hidrógeno son las tareas de transporte de larga distancia flexibles y exigentes. El hidrógeno en los camiones no es más que palabrería”, afirma Andreas Gorbach, miembro del consejo de administración de Daimler Truck y director de Truck Technology.
La empresa cree que la descarbonización en el transporte llegará tras la aplicación de baterías y de hidrógeno. La primera solución, según entiende Daimler, es más adecuada para la distribución urbana o incluso en rutas fijas por carretera y, la segunda, para largas distancias.
El fabricante refuerza que el hidrógeno líquido tiene el mayor potencial para el transporte. Este tipo de combustible ofrece una mayor densidad energética en comparación con el combustible gaseoso, lo que aumenta significativamente la autonomía, comparable a la de los camiones propulsados por diésel.